Renovación de votos simples de Fray Celso Jiménez Reyes
Con inmensa alegría recibimos la Renovación de Votos de Fray Celso Jiménez Reyes celebrada en nuestra parroquia mercedaria de Ntra. Sra. de la Paz, en El Salvador
El día 5 de noviembre iniciamos el día muy temprano, a las 4:00 a.m. salimos rumbo a la diócesis de San Miguel, a unas 3 horas desde nuestra comunidad, unos 60 peregrinos nos dirigimos a la Catedral de esa diócesis, lugar en donde se encuentra Ntra. Sra. de la Paz, patrona de nuestra parroquia y de la nación salvadoreña. Ahí celebramos la eucaristía presidida por Fr. Dionisio Báez, luego se nos hizo entrega de la imagen peregrina de la Paz, copia de la imagen original. Mons. Colindres, obispo de la diócesis, autorizó que la imagen permanezca durante 10 días en el templo parroquial, en el marco de los 25 años de regreso a El Salvador de la Orden de la Merced.
Partimos de retorno hacia la capital, acompañados por la imagen de la Virgen (1.80 mts. de altura). Hacia las 5:00 p.m. llegamos al templo, ahí nos esperaban más parroquianos para recibir con alegría a la Virgen, luego de ubicarla en su lugar nos preparamos para que a las 7:30 p.m. celebrar la eucaristía de recibimiento de la Virgen de la Paz y la renovación de votos simples del religioso guatemalteco Fray Celso Jiménez Reyes.
Iniciamos la celebración, el templo con muchos fieles, coro, monaguillos y todos los religiosos de la comunidad: Fr. Juan Carlos Fortón, Fr. Edy Arriola, Fr. Dionisio Báez y Fr. Celso Jiménez. Al finalizar la homilía, Fr. Dionisio, superior de la comunidad y delegado para recibir los votos, junto con los otros religiosos, participan de la lectura y firma del compromiso de Fray Celso por un año más de entrega en la Orden de la Merced. Bajo la mirada de Ntra. Sra. de la Paz toda la comunidad parroquial se alegra y aplaude el compromiso de nuestro hermano. Al finalizar la celebración compartimos, aplausos, fotos y un gran abrazo fraterno.
Damos gracias porque Dios suscita hombres valientes que se entreguen a su servicio en la Merced. De la mano de María seguimos caminando.