Misa solemne para celebrar las fiestas de la Virgen María de la Merced en su 150 aniversario
Este 2021 se cumplen los 150 años de la instauración de la fiesta de la Virgen María de la Merced como fiesta patronal de la ciudad. Después de ser proclamada en 1868 patrona de Barcelona, en 1871 el Ayuntamiento de la ciudad celebraba por primera vez sus fiestas. Desde entonces la devoción por la Merced ha formado parte de la identidad de la ciudad. Por eso, un año más la basílica de la Merced se ha vestido de gala para celebrar un especial aniversario para la princesa de Barcelona.
La solemne misa tuvo lugar el pasado viernes, una misa presidida excepcionalmente por el obispo Mons. Agustí Cortés, debido a la ausencia del Cardenal Omella, y acompañado de los obispos auxiliares Mons. Antoni Vadell, Mons. Sergi Gordo y Mons. Javier Vilanova.
Como cada año, asistieron un gran número de feligreses. Entre ellos se encontraban amigos y familiares, los Amigos de la Merced, autoridades eclesiales y religiosos de otras congregaciones, y algunas autoridades políticas y militares también.
Todavía bajo el influjo de la pandemia la asistencia no pudo ser del 100%, pero sí pudieron asistir un gran número de personas siempre bajo las medidas de seguridad oportunas.
Estas palabras pronunciadas por el obispo Cortés durante la homilía, definen muy bien los inicios de la devoción por la Virgen por parte de los mercedarios y su servicio a la redención de los cautivos: «… la Orden Mercedaria con su carisma, su gran obra, esta basílica… y, sobre todo, la Virgen María bajo el título de la Merced, que veneramos y festejamos como patrona. Tenemos, pues, los frutos, que son como signos; pero lo que nos preguntamos es si permanece en nosotros aquel espíritu profundo que era su cimiento. Pedro Nolasco, librado al servicio de la redención de los cautivos, miraba a María. Nosotros miramos también hoy a María y puede ser que ella nos lleve a servir en la liberación de los cautivos. El secreto sigue siendo el vínculo entre la Virgen María y la libertad. Esta es la clave que nos hace entender la fiesta de hoy, mirando la realidad de nuestra ciudad y nuestro entorno social y eclesial».
El obispo ha finalizado la homilía con estas preciosas palabras: «Nuestra celebración nos llena de gozo, porque nos ayuda a reencontrarnos con la ciudad, disfrutar de sus valores y su belleza, mirarnos a la vez como personas libres… y, quizás, recordando que la verdadera libertad acaba vinculándonos por amor».
También la Plaza de la Mercè, que acoge la Basílica, estaba repleta de gente y de fiesta para celebrar el día de su patrona. Gigantes, cabezudos, dragones, castellers y mucha música discurrían por todo lo ancho de la Plaza.
De todo este ambiente festivo se han podido empapar los obispos y algunas autoridades civiles, ya que, al acabar la Misa Pontifical, han salido al exterior de la Basílica donde han podido disfrutar del ceremonioso baile del Águila de la ciudad.
Este final en la Plaza, ha puesto la guinda del pastel a una celebración donde el pueblo barcelonés ha pedido la intercesión de la Virgen María de la Merced para cuidar de la ciudad ante la gran incertidumbre que vive el mundo.
Aprovechando este artículo sobre la celebración de nuestra madre, queremos también invitaros a leer este otro interesante artículo de nuestro hermano mercedario P. Florencio Roselló, Director del Departamento de Pastoral Penitenciaria de la CEE, que nos cuenta el por qué la Merced es la Patrona de las prisiones.
Según palabras suyas, el motivo de este escrito se debe a qué: «Me he encontrado, que ni por una gran parte de la Iglesia ni por parte de la Administración Penitenciaria son conocedores de las razones y motivaciones de este patronazgo».