Celebración del XXXVIII Encuentro de Seglares Mercedarios en el Monasterio de Santa María de El Puig
«La Merced, diseñando esperanzas»
300 seglares pertenecientes a las comunidades de la Provincia en España nos hemos reunido en el Monasterio de Santa María de El Puig en un hermoso domingo primaveral para la vivencia de encuentro anual de nuestras fraternidades laicales. Lo que comenzó como un sueño hace ya tantos años, se va convirtiendo en una hermosa realidad, que de año en año motiva a seguir comprometiéndonos en el ser y hacer mercedario.
Desde Palma de Mallorca, Elche, Valencia, Castellón, Nuestra Señora del Olivar, Zaragoza, Lérida, San Ramón, Barcelona, con las presencias en San Pedro Nolasco, Virgen de Nazaret y la Basílica de la Merced, junto con los anfitriones de El Puig de Santa María disfrutaron de una hermosa jornada de fraternidad, con el título de este año: La Merced, diseñando esperanzas.
A los pies del majestuoso monasterio, en la plaza padre Félix Ramajo dio comienzo el encuentro con las palabras de bienvenida por parte del padre provincial, fr. José Juan Galve, y una oración en el contexto del jubileo de la esperanza, dieron paso al pregón de acogida que pronunció Emilio Luis de la comunidad de El Puig de Santa María.
Siguiendo el horario establecido se pasó al salón de actos de la Unión Musical Santa María del Puig para la asamblea mercedaria. Dirigió la reflexión fr. Jonnhy Chacón de la comunidad mercedaria de Zaragoza. Al terminar, la dinámica exposición, los testimonios de Carmina y José, de La Mata de los Olmos, de la comunidad del Olivar, con su testimonio de familia cristiana en un contexto rural. A continuación, Carmen, de la comunidad de San Vicente Ferrer de Elche, con su testimonio de compromiso juvenil.
A las 12 la asamblea inició su ascenso hasta la iglesia, visitando las diferentes estancias del monasterio. A las 12:30, la celebración eucarística presidida por el padre provincial y concelebrada por los religiosos de las diferentes comunidades y los fieles que llenaban las naves y capillas del templo. Con los textos litúrgicos del V domingo de cuaresma, la reflexión del celebrante nos llevó a descubrir la misericordia de Dios en la acción cotidiana de la Merced.
Después de algunas fotos, todos los participantes se dirigieron al Huerto de Santa María, donde se compartió en torno a la mesa el alimento del cuerpo y la alegría de un año más vivido y celebrado en el gozo de sabernos Familia Mercedaria.
A media tarde, con algunos cantos de despedida iniciamos nuestro regreso a casa, empezando por los más lejanos. Con el buen sabor de boca de lo vivido y celebrado, hasta el año que viene, si Dios quiere.
