Celebración del XXXVII Encuentro de Seglares Mercedarios en el Monasterio de El Olivar
«La Merced Evangelizadora en el Mundo Actual»
El domingo 21 de abril, el Monasterio del Olivar, fue testigo del XXXVII encuentro anual de Laicos y Religiosos mercedarios de diversas comunidades de España. Se hicieron presentes las comunidades de Barcelona: la Parroquia San Pedro Nolasco, la Basílica Nuestra Señora de la Merced y el Hogar Mercedario del Valle Hebrón; se unió San Ramón, Lleida, Zaragoza, Castellón, El Puig, Valencia, Elche y Palma de Mallorca para compartir este día de encuentro y reflexión.
El evento dio inicio con una cálida bienvenida por parte del Padre Provincial José Juan Galve, quien marcó el inicio de una jornada llena de significado y fraternidad. Tras las palabras de bienvenida del Padre Manuel Anglés y la oración inicial, alrededor de 270 participantes entonaron con alegría el Himno de la Familia Mercedaria, uniendo sus voces en un símbolo de unidad y pertenencia.
La mañana continuó con el testimonio y la ponencia del Padre Dinis Mario Adriano de la comunidad de Lleida, quien abordó el tema «La Merced evangelizadora en el mundo actual». Sus palabras inspiradoras y llenas de sabiduría ofrecieron nuevas perspectivas sobre el papel de la orden en la sociedad contemporánea, desafiando a los presentes a llevar adelante el mensaje de la misericordia y la redención en sus vidas diarias.
El punto culminante del encuentro fue la celebración de la Eucaristía, presidida por el Padre Provincial José Juan Galve y concelebrada por los religiosos de las distintas comunidades, junto con los novicios y estudiantes de votos simples. En un ambiente de recogimiento y devoción, la comunidad se unió en la comunión y la alabanza, renovando así su compromiso con los valores que han guiado a la orden a lo largo de los siglos.
En la homilía el P. Provincial hizo énfasis en el cuidado del Pastor sobre sus ovejas que nos recordaba Jesús en el Evangelio, de igual manera seguimos siendo merced con nuestros aciertos y desaciertos seguimos siendo signo de esperanza, seguimos brindando merced desde lo cotidiano, desde lo que somos, desde lo que hemos heredado de nuestros mayores, de nuestros religiosos del ayer que se sigue perpetuando en los religiosos del hoy y que valentía debemos seguir cultivando en los jóvenes del mañana.
Después de la liturgia, se compartió un momento de convivencia y fraternidad durante la comida, que se llevó a cabo en un ambiente campestre y rural frente al monasterio, bajo el cálido sol turolense. Entre risas, conversaciones y platos compartidos, se fortalecieron los lazos que unen a la familia mercedaria, recordando la importancia de la comunión y el apoyo mutuo en el camino de la fe.
A medida que avanzaba la tarde, llegaba el momento de despedirse. A las 16:30 horas, los hermanos comenzaron su retorno a casa, llevando consigo el espíritu de comunión y renovación que caracterizó este encuentro anual. Con el corazón lleno de gratitud y esperanza, se despidieron con la certeza de que el vínculo que nos une como familia mercedaria trasciende las fronteras del tiempo y el espacio, guiándonos siempre en su camino de servicio y amor, nuestra Madre del Cielo María de la Merced.
Versos del XXXVII Encuentro de Seglares Mercedarios:
En el Olivar, donde el sol dorado brilla,
Se congregan Laicos Mercedarios con alma sencilla,
Desde Barcelona hasta Mallorca, la familia se encamina,
En un abrazo fraterno, que el corazón ilumina.
Con la voz del Padre Provincial, resonante y serena,
Se abre el encuentro con una bienvenida plena,
270 almas entonan el himno con pasión,
Unidos en la fe, en un mismo corazón.
Desde Lleida, el Padre Dinis comparte su mensaje,
De la Merced evangelizadora en este viaje,
Con sabiduría y amor, sus palabras resuenan,
En el mundo actual, la misericordia es la enseña.
La Eucaristía nos envuelve en su manto de luz,
Con el Padre Provincial, guía y conduz,
La comunidad se une en el pan y la oración,
Renovando el compromiso en cada corazón.
La comida al aire libre, bajo el sol radiante,
Compartiendo risas y platos, la alegría es constante,
La fraternidad nos une en un lazo fuerte,
En el calor del amor, que siempre nos concierte.
Y al llegar el ocaso, el momento de partir,
Con el alma colmada, nos preparamos para ir,
Pero sabemos que en cada paso, en cada sendero,
La Familia Mercedaria nos acompaña, con su amor verdadero.