Adaptándonos a los nuevos tiempos, la misión de la orden es la redención de las nuevas formas de esclavitud, como la de los presos, familias desestructuradas y marginadas, mujeres maltratadas, enfermos y niños sin recursos.
La Merced sigue siendo profecía en la historia, a través de un camino de 800 años de santificación y evangelización centrado en la promoción de la dignidad de la persona humana que necesita constantemente renovarse, morir y resucitar para la vida nueva.
Además de la veneración y el culto a María de la Merced, Pedro Nolasco y sus frailes hemos sentido una especial predilección por la iglesias en que se tributa culto a María, bien sea porque la Orden las construyó o se las encargaron. En este caminar mariano y redentor en cada lugar donde hay presencia mercedaria se han levantado santuarios muy importantes en las diversas naciones donde estamos presentes. En la provincia de Aragón tenemos estos tres tesoros.